Camilo es vecino de Los Hornos que se quedó in trabajo porque era empleado gastronómico, recorre el barrio para ayudar, para conversar y aceptó participar del proyecto como investigador en campo. Define el territorio en que investiga como un conjunto de barrios de traza paralela al arroyo De Pérez. El Pérez viene del corazón de Los Hornos, cruza la vía del FFCC provincial, más o menos por la zona de 149 y 52 donde está el barrio conocido como De los paraguayos. Camilo ubica los barrios que recorrerá de 52 a 60 e/ 143 y 161.
Una enfermera fue el primer caso de COVID-19 en el sector del barrio que nombran como de los paraguayos. Se hace una desinfección de todo el barrio con amonio cuaternario. Mojan todas las casas, también la ropa de abrigo. Hace frío.
En los barrios se respeta el uso de tapabocas, sin embargo, se ven grupos familiares caminando por la calle, los pibes del barrio se siguen juntando en la rambla a tomar cerveza, cada tanto pasa un patrullero y los corre un poco. No hay distancia social, no hay aislamiento. La policía sólo se ve cuando es la hora de cierre del supermercado El Nene, después está todo bastante liberado y hay preocupación por los robos e incluso se corrió la bola de que querían saquear el supermercado.
Esta semana reabrieron muchos locales barriales (…) anda mucha gente circulando durante gran parte del día, pero se consume solo lo indispensable.
(…) El barrio es de poca presión de agua lo que hace que la mayoría tenga que lavar ropa después de las 22hs. Y eso que no está haciendo calor.
Los casos de COVID-19 residen a una cuadra del merendero El rincón de los niños (calle 145 y 55). Dos personas están internadas en grave estado en el Hospital San Martín. Familia paraguaya. El primero fue el yerno y contagia al suegro (factor de riesgo), también a la suegra y después al resto. El suegro es jubilado y los muchachos son albañiles y changarines. Hay mucha bronca con uno de los muchachos que tiene COVID-19 y sale por changas igual. Varios vecinos le dijeron que si lo veían dando vueltas le van a prender fuego la casilla. No los llevaron a ningún lado a aislarse, están en sus casas.
En el comedor de Rosalía, la última jornada se hacen aproximadamente 100 litros de mate cocido, yogurt con zucaritas y torta frita. En la comida sale mucho el arroz con pollo. La demanda crece todos los días, Rosalía cuenta que está preocupada porque le vienen muchas familias del fondo, y no le puede repartir a todos. Los faltantes que tiene el comedor son frutas, verduras, leche en polvo y chocolate. El delivery se los hace a las personas con factores de riesgo. Se arman colas para retirar la merienda o la cena con tarros de plástico. Le pasan un gatillo rociador con alcohol 70-30%. Las personas que cargan los recipientes usan tapaboca y gorrito. Se respeta la distancia social de 2m y se lavan las manos seguido pero no usan otros elementos de protección personal. Una vez que termina el trabajo de entrega se quedan desinfectando todo: lavan con detergente todos los utensilios de cocina y pasan agua con lavandina a los pisos.
Comedor “Rayos de esperanza” ubicado en 149 e/54 y 55. Felicitas y Eliana son las organizadoras del comedor. Ambas están en cooperativas y cobran 8500 pesos cada una. Diferenciaron que en la zona existen los “comedores sin papeles” y “comedores con papeles”. Los que tienen papeles son los que reciben ayuda del estado, pero ellas que lo hacen a pura voluntad. Juntan alimentos entre comerciantes y vecinos. Antes de la pandemia sólo abría sus puertas dos veces por semana, hoy en día producto de la necesidad lo hacen de lunes a viernes. Construimos el comedor con la ayuda de todos los vecinos, levantamos paredes, techo y pisos. Hacemos guisos, fideos, arroz con pollo, torta frita y cuando nos donan, tenemos facturas. Nos falta verduras. ¿Fruta? nunca tenemos, sería genial poder darles una naranja por las vitaminas pero no tenemos nada. Durante la semana entera trabajan 23 compañeras para garantizar el funcionamiento. Estiman que en la zona hay entre 5 y 7 comedores. El único que recibe ayuda del estado es el que está en el puente, 149 y 52, es el más grande y lo maneja Justicia y libertad. A nosotras no nos dan nada.
Comedor “Rayos de esperanza” ubicado en 149 e/54 y 55. Felicitas y Eliana son las organizadoras del comedor. Ambas están en cooperativas y cobran 8500 pesos cada una. Diferenciaron que en la zona existen los “comedores sin papeles” y “comedores con papeles”. Los que tienen papeles son los que reciben ayuda del estado, pero ellas que lo hacen a pura voluntad. Juntan alimentos entre comerciantes y vecinos. Antes de la pandemia sólo abría sus puertas dos veces por semana, hoy en día producto de la necesidad lo hacen de lunes a viernes. Construimos el comedor con la ayuda de todos los vecinos, levantamos paredes, techo y pisos. Hacemos guisos, fideos, arroz con pollo, torta frita y cuando nos donan, tenemos facturas. Nos falta verduras. ¿Fruta? nunca tenemos, sería genial poder darles una naranja por las vitaminas pero no tenemos nada. Durante la semana entera trabajan 23 compañeras para garantizar el funcionamiento. Estiman que en la zona hay entre 5 y 7 comedores. El único que recibe ayuda del estado es el que está en el puente, 149 y 52, es el más grande y lo maneja Justicia y libertad. A nosotras no nos dan nada.
En el comedor Los lobitos (58 y 156), el amor a Gimnasia y Esgrima de La Plata se comparte con los vecinos. El barrio se compone de changarines, las mujeres son ama de casas y los varones hacen changas (casi todos albañiles o cartoneros). El agua escasea, en el comedor tenemos una manguera que está afuera y la usamos para todo, cocinar, limpiar, todo y a veces no tenemos agua. Hay una bomba eléctrica que saca agua del subsuelo en la esquina conectamos la manguera ahí.
Hoy fui al Comedor “La casita de Lali” ( 52 e/161 y 162) fundado en el año 2004, según nos relata su referente Nélida Giménez (Lali), muy religiosa. En el mismo lote armaron la Iglesia Cristiana “Conforme al corazón de Dios”. Los lunes, miércoles y viernes hacemos merienda (mate cocido, rosca, arroz con leche), y los sábados y domingos olla popular (guiso, tallarines y polenta, entre otros). Tiene a cargo 66 familias, lo que calcula que son alrededor de 190 personas entre niños y adultos. Antes de la cuarentena tenía 50 familias, hoy 66, hay necesidad. Los recipientes plásticos se lavan con agua que tiene lavandina, a la mayoría no les gusta lo que hago, pero lo aceptan igual. Dejan a las 15 y retiran a las 17hs. Las familias se quedaron sin trabajo, la mayoría solo tienen la plata de la Asignación (AUH). El barrio se llama “El Retiro” y hay carreros y changarines.
Consulté a Verónica una vecina venida de Sucre sobre los comedores en el barrio, y su respuesta fue que los bolivianos no vamos a los comedores, no vas a encontrar bolivianos yendo a comedores
- ¿Por qué Verónica? Porque es otra la cocinada, y porque el boliviano se la rebusca, muchos albañiles bolivianos perdieron sus changas y se fueron a trabajar a la zona de quintas, u otra cosa.
Visita el merendero de 52 y 149 que se llama Carita feliz y es del MTE. La coordinadora cuenta que no hay casos de COVID-19. Las enfermedades que tenemos es la droga, poxi ran, los vecinos sospechan que andan matando a los pibes y que no se suicidan solos por la droga. Alguien los mata. Durante junio entre 3 y 5 adolescentes de 14 a 16 años aparecieron ahorcados con los cables de Tv desde marzo 2020. Hay mucho miedo en el barrio.
CAPS 1 145 y 59
La pandemia nos generó reestructuración de horarios, varios empleados pidieron licencia por COVID-19, por la edad que tienen, y nos reestructuramos y recibimos apoyo de médicos extranjeros que vienen a trabajar por la firma del DNU del gobierno, les avalaron los títulos y empezaron a trabajar. Cuesta un poco la relación adentro, nos tenemos que adaptar, pero estamos bien de personal. También mejoramos la relación con provincia. Las salitas son municipales, dependemos de secretaria que está ubicada en diagonal 73 e/ 7 y 8. Se atiende con obra social (SAMO) y sin obra social. Disponemos del SAME para urgencias las 24hs. Acá no hisopamos.(…) Ante los sospechosos y positivos por COVID-19 tenemos un protocolo y les hacemos seguimiento. No tenemos ninguna actividad por fuera de la salita ni vamos a buscar febriles PERO SÍ buscamos contactos próximos.
Visita al comedor El charquito, asociado a un centro de alfabetización
CAPS Nº2 (66 y 143)
Los insumos los provee Secretaría, tardan un poco. y recibimos donaciones de CASA PERONI (comercio local dedicado a la confección y diseño de uniformes), ROTARY y muestra de laboratorios.
La única actividad que tenemos por fuera del centro de salud es repartir leche a pacientes que tienen COVID-19 (yo que estoy de jefa salgo a repartir). No se busca febriles. Derivamos todo al San Juan y después hacemos seguimiento de casos positivos. Con el hospital tenemos buena relación.
Entrevistamos a Sonia Chilaca de 36 años, nacida en Potosí, Bolivia. Vive en 164 bis e/ 62 y 63 junto a su marido (Albañil y trabaja en las quintas), y su hija de 17 años. Sonia hasta antes de la cuarentena vendía ropa en ferias y su marido trabajaba de albañil. La cuarentena los dejó sin trabajo y Sonia se armó un almacén - verdulería y su marido se fue a trabajar a las quintas. La hija atiende el almacén. Venden bien y se pudieron acomodar. Se atienden en la salita de atención primaria n2, 66 y 143, y la hija asiste a escuela pública de Los Hornos.
COMEDOR MARIPOSA (52 y 151) Lo inició Micaela Lobato de 25 años, dos hijos, uno de cinco y otro de tres. El comedor se encuentra en el límite de Los Hornos y el barrio San Carlos. Lo abrimos en mayo de este año por la cantidad de nenes que vemos en la calle, descalzos y sin comer, hace falta, la mayoría está sin trabajo. Tenemos 30 familias, alrededor de 110 personas. Entonces empezamos a pedir ropa para los nenes. Después empezamos a recibir donaciones de verdulerías, vecinos, iglesias y a veces ponemos algo nuestro. Nos organizamos tres veces por semana, almuerzo, nos dejan los tupper a las 14hs y retiran a la hora para que no se enfríe la comida. Arroz con pollo, fideos con tuco, y todo tipo de guisos.
El Club Che Guevara también entrega merienda
Dialogamos con el presidente del club Alumni, Daniel Arteca, que empezó con síntomas, fue hisopado y diagnosticado con COVID-19. Tuvo que transitar fiebre alta, dolor fuerte de cabeza. mareos, inflamación intestinal, dolor de testículos, perdida de olfato, gusto y tos. Fue hisopado en el UPA de Los Hornos, único lugar de hisopado. Fue informado vía whatsapp a los cinco días, confirmando la enfermedad por medio de un certificado. El seguimiento lo realizó la bioquímica de la institución.
En el club Alumni se está cocinado desde mayo 2020. Con una particularidad el CECIM LA PLATA (Centro de ex combatientes Islas Malvinas) dona permanentemente toneladas de langostinos y merluza pescadas en el mar argentino. Esa donación permite discutir soberanía alimentaria. El CECIM también está entregando en otros dos clubes de barrios pobres: Villa Lenci (Barrio Altos de San lorenzo) y Criba (Barrio Aeropuerto).
Mientras tanto en la escuela infantil María Elena Walsh
La pandemia nos tapó las bocas, pero no nos quitará las sonrisas. Retrato de un jardín sin niños. La llegada repentina de la pandemia, junto con el aislamiento obligatorio, no nos permitió conocernos bien, y mucho menos despedirnos. Todo llegó de golpe, el miedo, la incertidumbre… El jardín cambió, ya no es el mismo… Cambió, porque se llenó de silencios, sin el bullicio de voces que hablan a media lengua, de miradas curiosas que empiezan a preguntar, a dudar, a decir lo que sienten… Cambió porque se quedó vacío, sin dibujos por todos lados, sin niños corriendo, sin maestras enseñando; pizarrones que se quedaron con las ganas de ser el soporte de esos dibujos improvisados, garabatos llenos de colores, o de ser el portador de las primeras letras y números…
(…) Pero ya llegará ese día, cuando nos volvamos a ver, cuando nuestras sonrisas se entrecruzarán y, con el corazón apretujado, no nos aguantamos ese abrazo, que hace tanto tiempo había quedado pendiente. Y el jardín, como escenario, nos dará la bienvenida.
Visitamos el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata. Organización integrada exclusivamente por ex soldados combatientes de Malvinas. Ubicado en la calle 21 y 40, su presidente, Hugo Robert, relató cómo vienen laburando en contexto de pandemia, desde julio recibiendo pescado fresco . Por medio de la cooperativa soberanía alimentaria mantienen buen vínculo con la empresa pesquera CONARPESA de Puerto Madryn, esta empresa hizo llegar más de 15 mil toneladas de pescado hasta el día de la fecha (merluza y langostinos), para distribuir por medio de clubes y comedores (alrededor de 100), en zonas de mayor vulnerabilidad social de La Plata, entre ellas, Los Hornos.
UPA Los Hornos
En marzo llegó la pandemia, aceleró la situación y nos cambió todo. Empezaron a faltar insumos y decidimos organizar un comité de crisis conformados por todas las aréas para definir cómo seguir. En cuanto a los cambios que nos generó la pandemia fue organizar circuito de doble circulación por los sospechosos de covid y alguna que otra urgencia, prácticamente solo nos dedicamos al covid. El UPA es el único lugar que hisopa en la localidad de Los Hornos y hemos avanzados en tener internaciones de hasta dos días y derivamos.
Falleció un enfermero de la UPA de Los Hornos por COVID-19 Walter Chillon, uno de los profesionales que coordinaba el área de enfermería de la Unidad de Pronta Atención N°6 de Los Hornos, perdió la vida en las últimas horas producto de un cuadro agudizado de coronavirus.
Está todo abierto, poco trabajo, los comedores siguen abiertos pero reciben menos alimentos. La estimación del instituto de estadística nacional es que más del 50% de la población urbana tiene ingresos que no le permiten cubrir la canasta básica.